A pesar de todos los esfuerzos invertidos, el nivel de las finanzas de tercera generación y de la inversión extranjera directa implementadas en algunos países de América Latina y especialmente en Venezuela no están al nivel esperado. El desarrollo sostenible depende de un entorno de política mundial que propicie la inversión transfronteriza. Según el Informe sobre las inversiones en el mundo de la UNCTAD en 2019 , las corrientes mundiales de inversión extranjera directa en el mundo en 2018 se redujeron en un 13%, a 1,3 billones de dólares. Esto representa el nivel más bajo desde la crisis financiera mundial y pone de relieve la falta de crecimiento de la inversión internacional en esta década.